LA LIBERTAD

La libertad y la ley, la libertad y justicia, la libertad y la igualdad –las conexiones familiares de estos términos fallan en el significado que se confieren entre sí a través de la asociación. Una pocas preguntas simples pueden ayudar a restaurar el significado de estas relaciones. ¿Son los hombres libres cuando sus acciones están reguladas por la ley o cohesión? ¿Consiste la libertad en hacer lo que a uno le plazca o lo que sea que uno tenga el poder de hacer, o se requiere que la justifica nos abstenga de lastimar a otros? ¿Las consideraciones de la ley establecen una línea entre la libertad y la licencia? ¿Puede existir la libertad alejada de la igualdad o tal vez también alejada de la fraternidad?

Otras preguntas inmediatamente se sugieren así mismas. ¿El mandato de la ley asegura la libertad de los gobernados? ¿Es la esclavitud la condición de aquellos que son gobernados tiránicamente o sin ley? ¿Existe la diferencia en la libertad cuando la ley o la constitución es justa? O, ¿Es esa indiferencia por que el gobierno es en si el impedimento para la libertad? ¿La libertad se incrementa a medida que el gobierno alcanza su plenitud en la anarquía o cuando el hombre vive en el estado de la naturaleza?

¿Aun así no son algunas formas de gobierno adecuadas o incongeniables al hombre libre? ¿Todos los hombres poseen el derecho de la libertad, o solo algunos? ¿Son algunos hombres por naturaleza libres y algunos esclavos? ¿Dicha diferenciación implica igualdad y desigualdad en la naturaleza humana con, como consecuencia, igualdad y desigualdad en estatus y trato? ¿Qué implicaciones hacia la ley, justicia, e igualdad posee la distinción entre las sociedades libres y dependientes o comunidades súbditas?

Como apunta Tolstoy, la variedad de preguntas que se pueden formular acerca de la libertad indica la variedad de materias o ciencias en el cual el problema de la libertad surge diferentemente. "¿Que es el pecado, la concepción de la cual surge la conciencia del hombre libre? Esa es una pregunta para la teología... ¿Cuál es la responsabilidad de hombre hacia la sociedad, la concepción que resulta de la concepción de la libertad? Esa es una pregunta para la jurisprudencia... ¿Qué es consciente, y cual es la percepción de lo correcto y lo incorrecto en acciones que se derivan de la conciencia de la libertad? Esa es una pregunta para la ética... ¿Cómo debe la vida pasada de las naciones de la humanidad ser tomada en cuenta –como el resultado de los libres, o como el resultado de las restringidas actividades del hombre? Esa es una pregunta para la historia".

Los grandes puntos tradicionales de la libertad parecen empezar por estas preguntas. Por el hecho de que la mayoría, tal vez todas, de estas preguntas arrojan respuestas opuestas a los grandes libros, puede ser supuesto que existen muchos puntos básicos al igual que preguntas de este tipo. Pero las repuestas a ciertas preguntas presupone las respuestas a otras. Mas adelante, el significado de la libertad o independencia no es el mismo a través de las preguntas que hemos considerado. Respuestas que parecen ser inconsistentes no parecen serlo cuando los significados envueltos en su formulación son distinguidos. Debemos, entonces, encontrar las raíces de las muchas distintas doctrinas de la libertad para lograr separar los puntos reales de los conflictos verbales.

Los historiadores reportan la antigua lucha en la parte del hombre y los estados de libertad o independencia. La historia como un desarrollo del espíritu no comienza, según Hegel, hasta que la lucha primeramente apareció. "La historia del mundo", escribe, "no es otra cosa mas que el progreso de la conciencia de la libertad", la cual no alcanza su clímax hasta que la libertad es universalmente alcanzada.

Pero a pesar de que la libertad es su producto, la historia, en la visión de Hegel, no es un trabajo de la libertad, pero "envuelve una necesidad absoluta". Cada etapa de su desarrollo ocurre inevitablemente.

Otros historiadores ven al hombre como libre de trabajar su destino, y miran hacia el gran surgimiento de la civilización como el parteaguas en el que el hombre libre posee libre voluntad, y ejercita la libre elección para su bien o mal. "Ya sea si hablamos de la migración de las personas y la incursión de los bárbaros, o de la caída de Napoleon III, o de las acciones de alguno, hace una hora atrás, para elegir una dirección en su camino, estamos inconscientes de cualquier contradicción", Tolstoy declara, entre la libertad y la necesidad. "Nuestra concepción del grado de libertad", continua diciendo, "a menudo varia de acuerdo a las diferencias en el punto de vista sobre el cual vemos el evento, pero cada acción humana nos parece como una cierta combinación de libertad e inevitabilidad. En cada acción que examinamos podemos ver cierta medida de libertad y una cierta medida de inevitabilidad. Y siempre que observamos mas libertad vemos en cualquier acción menos inevitabilidad para percibir, y a las mas inevitabilidad la libertad es menor".

Respectivamente, ninguna necesidad que fluye de las leyes de la materia o del espíritu, ni la fe indominable, determina la dirección de los eventos. Si los teólogos dicen que nada sucede si Dios no lo propone, también ellos dicen que la divina providencia deja al mundo lleno de contingencias y al hombre como libre agente para operar entre ellos. "A pesar de que para Dios exige cierto orden sobre todas las causas", no continua, dice Agustín, que nada depende "en el libre ejercicio de nuestra voluntad, para nuestra voluntad, en si esta incluida en ese orden de causas que pertenece a Dios, y es adoptada por su sabiduría, para la voluntad de hombre como la causa de sus acciones humanas".

Estas cuestiones son discutidas mas adelante en los capítulos de FE, HISTORIA, Y NECESIDAD Y CONTINGENCIA. La mención que se hace aquí sugiere otro significado de la libertad –aquella de libre elección o libre voluntad—y con sus asuntos mas que aquellos involucrados en la relación del individuo con el estado, o con sus compañeros. Los problemas metafísicos acerca de la libre voluntad y de la libertad de elección son tratados en el capitulo de VOLUNTAD. Aun las preguntas metafísicas acerca de la libertad y la necesidad, o la libertad y la causalidad, y las preguntas teológicas acerca de la libertad del hombre bajo Dios, no dejan de fluctuar en los problemas políticos de la libertad del hombre en la sociedad, o sus derechos o poderes. Las doctrinas fundamentales de la libertad civil ciertamente parecen diferir de acuerdo a la concepción de la libertad natural en la que son basadas. La libertad puede ser natural en el sentido en que la libre voluntad es parte de la naturaleza humana; o en el sentido en que la libertad es un derecho de nacimiento, un derecho innato e inalienable. Puede ser natural en el sentido en que la libertad en su estado natural se distingue de la libertad política, o libertad bajo la ley civil o el gobierno.

El esfuerzo para clarificar los significados requiere que nosotros veamos a las dos palabras que hemos utilizado como si fueran intercambiables –"libertad e independencia". En la mayor parte, son utilizados como sinónimos. Ambas son palabras utilizadas en la versión en ingles de los grandes libros. A pesar de que algunos autores o traductores algunas veces prefieren una, y algunas veces prefieren otra,; su preferencia no parece reflejar una variación en el significado.

En ingles la palabra "libertad" tiene un rango más grande en el que permite la formación de adjetivo "libre". Esta también adaptada para hablar de la libertad con ciertas restricciones o condiciones indeseables, al igual que el actuar de la libertad en concordancia con el deseo, o para ejercitar ciertos privilegios. En consecuencia, la palabra "libertad" es mas frecuentemente empleada en la discusión de la libre voluntad.

A pesar de la tradicional enumeración de las libertades civiles que puede utilizar la frase "libertad de conciencia o creencia" tan frecuentemente como "libertad de expresión", y "libertad de temer y querer, o dependencia económica" no parece tener una frase alternativa.

La palabra "independencia" tiene una connotación especial que la hace equivalente a solo una parte del significado de "libertad". Negativamente, la independencia es una libertad de limitaciones o de ser sujeto de la determinación de otro. Positivamente, independencia implica autosuficiencia y poder adecuado. Cuando se habla de un hombre de medios independientes, nos referimos no solo a su libertad de querer o dependencia económica de otros, sino también de tener riqueza suficiente adecuada a sus gustos o propósitos. La reflexión de un momento nos mostrara que se trata de un tema relativo. Es dudoso si la independencia económica absoluta es posible para el hombre o para las naciones.

La pregunta real aquí parece ser la metafísica. ¿Puede una cosa finita ser absolutamente independiente? La respuesta tradicional es NO. Como aparece en el capitulo de INFINITO, solo un ser infinito en perfección y poder –solo el Supremo, el Dios no creado de Aquinas—posee completa independencia. Dios posee la libertad de autonomía que no puede pertenecer a cosas finitas. Existe, sin embargo, otro sentido de libertad divina que Aquinas afirma y ambos Plotinus y Spinoza niegan. Esta es la libertad de elección.

"Dios no actúa de la libertad de voluntad", Spinoza escribe; aun así Dios actúa como causa libre, solo para Dios "existe de la necesidad de su propia naturaleza y esta determinado a sus propias acciones". La libertad divina consiste en la autodeterminación de Dios que, para Spinoza, no excluye a la necesidad. La visión opuesta es mas claramente expresada en la doctrina cristiana de la creación.

El mundo creado no obedece necesariamente a la divina naturaleza. "Desde que la bondad de Dios es perfecta", Aquinas escribe, "y puede existir sin otras cosas". Este punto de la libertad o necesidad, con referencia a la voluntad de Dios y sus acciones, es mas completamente discutida en el capitulo de VOLUNTAD y MUNDO.

La identificación metafísica o independencia con infinidad no nos lleva a la esfera de la libertad política. Aun en lo que respecta, existe una analogía. Lo autónomo es lo que es una ley en sí. No admite una autoridad superior. Cuando en la tradición del pensamiento político los estados son llamados "libres e independientes", su autonomía o soberanía significa que por virtud, en las palabras de la Declaración de Independencia, "poseen completo poder para hacer la guerra, concluir la paz, hacer alianzas, establecer comercio, y hacer cualquier acto y cosa que los estados independientes puedan o posean el derecho de hacerlo".

Los estados libres e independientes no poseen poder infinito. Existe siempre la posibilidad de ser subyugados por otro estado y reducidos a las condiciones de una dependencia. Pero a pesar de que su poder no es infinito, no se consideran superiores. El ser soberano es aceptar ordenes de nadie.

Desde que la autonomía o soberanía es incompatible con la vida bajo la ley o gobierno humano, la independencia de los estado soberanos debe ser una libertad de la anarquía –una libertad de la ley y el gobierno. Este parece ser el punto de vista de Hobbes, Locke, Kant, y Hegel, todos que refieren a la anarquía de los estados independientes o soberanos para explicar que quieren decir con "el estado de la naturaleza". Los soberanos son, en las palabras de Kant, "como salvajes sin ley".

Aplicando esta concepción al hombre individual, Hobbes y Locke definen lo natural como opuesto a una libertad civil, en términos de la independencia del hombre en un estado natural. En un estado natural el hombre poseía una independencia limitada, si cada hombre puede estar regido por una fuerza superior; pero era una absoluta independencia en el sentido que no era sujeto a un gobierno o a una ley hecha por el hombre.

La libertad natural del hombre, según Hobbes, no es la libre voluntad. Desde que "cada acto de la voluntad del hombre, y cada deseo e inclinación, procede de alguna causa, y eso forma a otra causa, en una cadena continua (donde el primer eslabón es la mano de Dios, la primera de todas las causas), y procede de la necesidad". La libertad no es de la voluntad, sino el hombre, consistiendo esto de: "que no encuentra alto en hacer lo que plazca, desee, o tenga la inclinación de hacer". La propia aplicación de la palabra "libre" es para los cuerpos en movimiento, y la libertad se obtiene cuando se aplica meramente como "la ausencia de impedimentos externos".

El derecho natural de todo hombre es "la libertad que cada hombre posee para utilizar su propio poder... para la preservación de su propia naturaleza, esto es, de su propia vida... y consecuentemente en hacer cualquier cosa bajo su propio juicio y razón que pueda concebir". Esta libertad o derecho natural pertenece solo al hombre en el estado de la naturaleza. Cuando el hombre deja el estado de la naturaleza y entra al proletariado, renuncia a su natural libertad en intercambio por su libertad civil la cual, según Hobbes, consiste en nada mas que su libertad de hacer lo que la ley del estado no prohibe, u omitir hacer lo que la ley no le mande.

Locke esta de acuerdo en que la libertad natural del hombre no es la libertad de su voluntad de elección, sino la libertad de hacer lo que le plazca sin contradicciones o impedimentos.

Él difiere de Hobbes, sin embargo, en su concepción de la libertad natural por que difiere en su concepción del estado de la naturaleza.

Para Hobbes el estado de la naturaleza es un estado de guerra; la noción del bien y el mal, justicia e injusticia, no tiene cabida. "Donde no existe el poder común, no existe la ley: donde no hay ley, no hay injusticia". La libertad soberana que los estados ahora poseen es la misma "que cada hombre debe tener si no existieran las leyes civiles, o el proletariado. Y los efectos son los mismos. Entre los hombres sin amo, existe una guerra perpetua de cada hombre contra su vecino... entonces en los estados y proletariados no dependientes de unos con otros, cada proletariado posee una absoluta libertad de hacer lo que juzgue... principalmente conduciendo a su beneficio".

Para Locke el estado de la naturaleza no es un estado de guerra, sino uno natural tan opuesto a una sociedad civil, esto es, una sociedad en la cual los hombres viven juntos bajo una ley natural mas que civil. Los hombres que viven en estas condiciones están "en un estado de perfecta libertad para ordenar sus acciones y disponer de sus posesiones como quieran, dentro de los limites de las leyes de la naturaleza". Esta es una limitada, no una absoluta libertad; o, como dice Locke, "a pesar de ser un estado de libertad, aun no es un estado de licencia". La línea entre la libertad y licencia esta marcada por los preceptos de la ley natural. La diferencia, entonces, entre la libertad natural y civil recae en esto. La libertad natural consiste en ser "libre de cualquier poder superior sobre la tierra", o no estar "bajo la voluntad o autoridad legislativa de un hombre". Solo las reglas de la ley natural limitan a la libertad de acción. La libertad civil, o libertad bajo la ley civil, consiste en estar "bajo ningún otro poder legislativo sino aquel establecido bajo consentimiento". Es una libertad para el individuo para seguir su propia voluntad en todos los aspectos no prescritos por la ley del estado.

En los argumentos a favor y en contra de la libre voluntad, un punto de vista toma a la libre voluntad como incompatible con el principio de la causalidad, la necesidad natural, o la omnipotencia de Dios; las otras conciben a la libertad de elección bajo el orden de la naturaleza o causalidad y bajo la providencia de Dios. No debemos considerar estas alternativas en este capitulo, desde que el punto esta reservado para el capitulo de VOLUNTAD.

Aun una cosa esta clara para la presente consideración de la libertad política. Si la aseveración de que el hombre nace libre significa que es una propiedad de su naturaleza racional para poseer una libre voluntad, entonces no pierden su libertad innata cuando vive en una sociedad civil. Los gobiernos pueden interferir con las acciones de un hombre, pero no puede corromper su voluntad. El gobierno no puede ir mas allá de regular la expresión de la libertad del hombre en acciones externas.

Tampoco el rango de la libre voluntad esta limitada por la ley. Como se indica en el capitulo de LEY, cualquier ley, moral o civil, natural o positiva—la cual dirige la conducta humana puede ser violada. Deja al hombre libre para desobedecerla y aceptar las consecuencias. Pero si la regla es buena o justa, entonces el acto que traspasa debe tener una cualidad opuesta. La libertad de una libre voluntad es entonces moralmente indiferente. Puede ser ejercitada para hacer el bien o el mal. Nosotros utilizamos nuestra libertad propiamente, dice Agustín, cuando actuamos virtuosamente; la mal usamos cuando escogemos actuar viciosamente. "La voluntad", escribe, "es entonces verdaderamente libre, cuando no es esclava de vicios y pecados".

Aquellos que conciben la ley naturalmente moral como se establece en los preceptos de la virtud o los mandatos del deber y quienes, además, ven a cada acto concreto que procede de la libre elección de la voluntad como bien o mal –nunca indiferentes—y encuentran que la distinción entre la libertad y la licencia se aplica a cada acto libre.

El significado de esta distinción es la misma que entre la libertad propiamente utilizada y la libertad mal utilizada. Mas adelante, desde que no existe un buen acto que este prescrito por la ley moral, la falla de la libertad, opuesta a la licencia, consiste en hacer lo que la ley moral manda.

Estas consideraciones afectan el problema de la libertad política, especialmente en la pregunta si las esperas de la ley y la libertad están separadas, u opuestas. Un punto de vista, como hemos visto, es que el área de la libertad civil recae fuera del espectro de los actos regulados por la ley. Para romper la ley puede ser licencia criminal, pero obedecerla no significa ser libre. La esfera de la libertad se incrementa cuando el enfoque de la ley disminuye.

El punto de vista opuesto no ve a la libertad como libre de la ley. "La Libertad", Hegel mantiene, "es solo el reconocimiento y adopción de dichos objetos universales substanciales como Derecho por Ley". Todos los asuntos en la relación entre la libertad y la ley es si la ley es justa y si el hombre es virtuoso. Si la ley es justa, entonces no permite al hombre justo hacer lo que libremente elija hacer, aun si la ley no existiera. Solo el criminal esta restringido por las buenas leyes. Decir que dicho impedimento a las acciones destruye a la libertad, seria negar la distinción entre la libertad y la licencia.

Sin embargo, la libertad puede ser sobrepasada por la ley. Este es precisamente el problema del hombre bueno viviendo bajo leyes injustas. Si, como dice Montesquieu, "la libertad puede consistir solo en el poder de estar restringido y de no hacer lo que plazca", entonces los gobiernos y las leyes interfieren con la libertad cuando mandan o prohiben actos contrarios a la libre elección del hombre bueno.

La concepción de la libertad como la condición de aquellos que gobiernan correctamente –quienes son comandados para hacer solo lo que harían—parece estar analógicamente presente en la teoría de Spinoza de la unión humana y la libertad humana. Es entonces acompañada por la negación de la libertad de elección de la voluntad.

Según Spinoza, las acciones humanas son casualmente determinadas por uno o dos factores en la naturaleza del hombre –las pasiones y la razón. Cuando el hombre es gobernado por sus pasiones, esta "unido, con un hombre bajo su control, pero es regido por su fortuna". Cuando el hombre es gobernado por la razón, es libre. El hombre que actúa bajo la influencia de los actos de la pasión en términos de ideas inadecuadas y en la sombra del error o ignorancia. Cuando la razón gobierna, el hombre actúa con conocimiento adecuado y en la luz de la verdad.

Como Spinoza, Dewey mantiene que "la única libertad que perdura en importancia es la libertad de la inteligencia, es decir, la libertad de observación y juicio ejercitada en bien de los propósitos que intrinsicamente valen la pena".

Entones, también, en la teoría de Agustín y Aquinas, el hombre virtuoso es moralmente o espiritualmente libre por que la razón humana ha triunfado en sus conflictos con las pasiones para influenciar el libre juicio de su voluntad. El manato de la razón no anula a la libertad de la voluntad. Tampoco la voluntad es menos libre cuando es conmovida por las pasiones. "Una pasión", Aquinas escribe, "no puede manipular o mover directamente a la voluntad". Lo hace indirectamente, como por ejemplo, "cuando aquellos que son un tipo de pasión no desconcentran su imaginación de los objetos de su afecto". Pero a pesar de que la voluntad no se altera en su libertad por el dominio de la razón o emociones, la situación no es la misma con la persona humana como un todo.

Los teólogos lo ven como un agente moral y un ser espiritual que gana o pierde libertad cuando la voluntad se somete a la guía de la razón o sigue a sus pasiones.

En el nivel supernatual, los teólogos enseñan que la gracia de Dios asiste a la razón para conforman los actos humanos de la ley divina, pero también la gracia no abole a la libre elección en la parte de la voluntad. "La primera libertad de la voluntad", Agustín dice, "la cual el hombre recibió cuando fue creado erecto, que consistía en una habilidad y no un pecado, pero también una habilidad para pecar". Todo el tiempo que el hombre ha vivido en la tierra, ha permanecido libre de pecado, pero la gracia supernatural, añadida a la naturaleza, eleva al hombre a un nivel mas alto de libertad espiritual que la que puede alcanzan a través de la disciplina de las virtudes adquiridas.

Aun mayor es la libertad de la propia virtud. Agustín la llama "la ultima libertad de la voluntad" la cual, por el don de Dios, deja al hombre "incapaz de pecar". No vale nada que la última libertad consiste en libertad de elección o la necesidad de elegir, no en la libertad de amar o la ley. El hombre no puede ser mas libre que cuando tiene éxito, con la ayuda de Dios, en someterse así mismo a través del amor del mandato de Dios.

La significancia política de estas doctrinas morales y teológicas de la libertad parecerían ser que el hombre puede ser tan libre en una sociedad civil como en un estado de la naturaleza. Si de hecho depende de la justicia de las leyes que lo gobiernan, y no bajo su numero o los asuntos con los cuales lidea. No es, por supuesto, libre de hacer lo que le placa dejando por fuera al bienestar de otros hombres o el bien de la comunidad, pero que, en la concepción moral de la libertad, no es una perdida de la libertad.

Él pierde libertad en la sociedad solo cuando es maltratado o mal gobernado –cuando, es igual que sus semejantes, y no es tratado igualmente; o cuando, siendo capaz de auto gobernarse, se le niega la voz en su propio gobierno.

El significado de tiranía y esclavitud parece confirmar esta concepción de la libertad política. Ser un esclavo no es meramente ser mandado por otro; consiste en ser sujeto al mandato de un amo, ser gobernado como un medio para el bien de otro y sin voz en su propio gobierno. Esto implica, en contraste, que para ser mandado como un hombre libre no es ser mandado para el bien de uno y con algún grado de participación el gobierno bajo el cual uno vive.

Según la doctrina de Aristóteles del esclavo natural –examinada en el capitulo de ESCLAVITUD—algunos hombres no poseen la naturaleza de hombres libres, y no deben ser gobernados como hombres libres. Los hombres que son por naturaleza esclavos no son tratados injustamente cuando son esclavos. "Es mejor para ellos que para todos los inferiores", Aristóteles mantiene, "que ellos deban estar bajo el mandato de un amo". A pesar de que no poseen la libertad del hombre libre, no son privados de ninguna libertad que propiamente les pertenezca, no mas que al hombre que injustamente es encarcelado y es privado de una libertad que ya no le pertenece por derecho.

La raíz de esta distinción entre el hombre libre y los esclavos por naturaleza recae en la suposición de una desigualdad natural. El principio de igualdad es también relevando a la injusticia de la tiranía y la diferencia entre un gobierno absoluto y constitucional. En La República Platon compara a la tiranía con un dueño de esclavos. "La única diferencia", escribe, "es que el tirano posee mas esclavos" y practica "la forma de esclavitud más dura y amarga". El mandatario tirano esclaviza a aquellos que son su similar por naturaleza y quienes deben ser gobernados como hombres libres.

A través de toda la tradición del pensamiento político, el nombre de la tiranía significa la abolición de la libertad. Pero el gobierno absoluto o déspota no es uniformemente visto como un enemigo de la libertad.

El punto concerniente a la legitimidad o injusticia de un gobierno absoluto es examinado en los capítulos de MONARQUIA y TIRANIA Y DESPOTISMO. Pero lo podemos tomar como acordado generalmente que los súbditos de un déspota, a diferencia de los ciudadanos de una república, no disfrutan de ninguna medida del auto-gobierno. En la extensión de que la libertad política consiste en algún grado de auto-gobierno, los súbditos de un mandato absoluto carecen del tipo de libertad poseída por los ciudadanos bajo un gobierno constitucional. Por esta razón la supremacía de la ley esta dicha frecuentemente ser el principio basico de la libertad política.

"Donde sea que la ley termina, la tiranía comienza", Locke escribe. Al ir mas allá de la ley, el mandatario traspasa la propiedad de la autoridad puesta en él o el consentimiento del pueblo, que por si solo hace al hombre "súbdito de las leyes de cualquier gobierno". Además, la ley para Locke es por sí misma un principio de libertad. "En su verdadera noción", escribe, "no son solo las limitaciones, son la dirección de un agente libre e inteligente hacia sus propios intereses, y esta prescrito para el bien general de aquellos que se encuentra bajo la ley".

Una constitución le da al gobernado un estatus de ciudadanía y una parte de su propio gobierno. También podría darles medios legales con los cuales defender sus libertades cuando oficiales del gobierno invadan el derecho en violación de la constitución. Según Montesquieu, para quienes existe la libertad política, solo bajo un gobierno de ley, nunca bajo el despotismo o el mandato del hombre, la libertad del propio gobierno demanda "de la mera naturaleza de las cosas que el poder deba ser un aseguramiento del propio poder".

Esto se logra con la separación de poderes. Un sistema de verificación y balances que limita el poder de cada rama del gobierno y permite a ley de la constitución ser aplicada por un departamento en contra de otro cuando sus oficiales usurpen poderes no otorgados por la constitución o actúen inconstitucionalmente.

Aun, a diferencia de la tiranía, el gobierno absoluto ha sido defendido. Los antiguos plantean la interrogante que, si un verdadero superior o dios existió, no seria propio para gobernar a sus inferiores de una forma absoluta. "La humanidad no diría que aquel debiera ser expulsado o exiliado", Aristóteles escribe; "por otra parte, elige no ser un súbdito –esto seria como si la humanidad debiera reclamar mandar sobre Zeus, dividiendo sus oficinas entre ellos. La única alternativa", concluye, "es que todos deben felizmente obedecer a dicho mandatario, según parezca ser el orden de la naturaleza, y que el hombre como el debe ser el rey en su estado de por vida". Aquellos súbditos de su gobierno serian libres solo en el sentido en que serian gobernados para su propio bien, probablemente mejor de lo que podrían gobernarse así mismos. Pero ellos perderían esa porción de libertad política que consiste en el auto-gobierno. Encarados con esta alternativa de un gobierno constitucional –el cual Aristóteles describe como el gobierno del hombre libre e igual-- ¿Cuál debería ser la elección del hombre que es libre por naturaleza?

La libertad, como la ve Tocqueville en los Estados Unidos, no es suficiente para abolir a la tiranía. Mientras que los primeros escritores muestran a la tiranía extendiéndose como una falta de los gobernantes, Tocqueville muestra como la tiranía moderna –lo que prodríamos llamar totalitarismo—resulta, en parte, de una falta del mandatario. Él ve al mundo en el que el hombre "esta circulando alrededor en persecución de los placeres hermosos y banales" mientras que su gobierno "extiende su abrazo para incluir a toda la sociedad".

La ironía aquí es que la libertad es la fuerza que impulsa tras las revoluciones, al igual que el factor que liderea a la tiranía. Orwell muestra esto ser el caso en Granja de Animales, en el cual, después de levantarse en contra de los humanos, la mayoría de los animales olvidan cual fue la razón de la revolución, y dejándose así mismos abiertos a la opresión de los cerdos.

La antigua respuesta no es notablemente en una dirección. Existen muchos pasajes en Platon y Aristóteles en los cuales el mandato absoluto de un sabio rey (superior a sus súbditos como un padre con su hijo, o un dios sobre el hombre) parece ser el escenario del ideal político. El hecho que el hombre libre no seria mas libre que el hijo en un hogar bien administrado le parece a Platon y Aristóteles ser una falla. Ellos no parecen mantener que la completa libertad es la medida primaria del bienestar del gobierno.

Por el contrario, la justicia es más importante. Como lo sugiere Aristóteles, seria injusto para el hombre superior ser tratado como igual y darle el estatus de un ciudadano auto-gobernado entre los otros. Pero también sobresalta que "los estados democráticos han instituido el ostracismo" como un medio para lidiar con tales hombres superiores. "La igualdad esta sobre todas cosas a las cuales aspira". Por que salva al hombre superior de la injusticia y deja al resto de los hombres libres para practicar el auto-gobierno, "el argumento para el ostracismo", Aristóteles dice, "esta basado en un tipo de justicia política", en la que preserva el balance dentro del estado, y a lo mejor también por dejar al hombre libre practicar el auto-gobierno entre nosotros.

Desde el siglo XVIII, una fuerte tendencia en la dirección opuesta aparece en el pensamiento político de Locke, Montesquieu, Rousseau, Kant, los constitucionalistas americanos, y J. S. Mill. El auto-gobierno esta visto como la esencia de un buen gobierno.

Es ciertamente la marca a lo que los escritores de siglo XVIII llaman "libre gobierno". Los hombres que nacen para ser libres, esta pensado, no son satisfechos con menor libertad civil.

"La libertad" dice Kant, "es la independencia de la voluntad compulsiva de otro, y es como puede coexistir con la libertad de todos de acuerdo a la ley universal, es el único, derecho original de nacimiento perteneciente a todo hombre en virtud de su humanidad. Existe, de hecho, una igualdad innata perteneciente a todo hombre que consiste en su derecho de ser independiente, y estar conectado por otros a cualquier cosa". La igualdad fundamental del hombre parece ser encontrada en su derecho igual de la libertad; y eso, por lo menos para Kant, descanse en la libertad de la voluntad con la cual todos los hombres nacemos. El criterio de la buena sociedad en la realización de la libertad.

La concepción de Kant de la sociedad humana posee un rango de terminaciones, en donde ninguna persona libre debe ser degradada, y expresa un aspecto de libertad política. La otra se encuentra en el principio de la armonización de las voluntades de los individuos que resulta en la libertad de cada ser consistente de la libertad de todos. Los términos institucionales, gobierno republicano, fundada en la soberanía popular y con un sistema de representación, es el ideal político precisamente por que le da al ciudadano la dignidad del hombre libre y les permite darse cuente de su libertad de auto-gobierno.

La ciudadanía, según Kant, posee tres atributos inseparables: "1. Libertad constitucional, como el derecho de todo ciudadano para obedecer solo la ley a la que ha dado su consentimiento u aprobación; 2. Igualdad civil, como el derecho del ciudadano para no reconocer como superior a los que se relacionan consigo; y 3. Independencia política, como el derecho de deber su existencia y continuación en la sociedad a ninguna voluntad arbitraria de otro, sino a sus propios derechos y

poderes como un miembro del proletariado, y, consecuentemente, la posesión de una personalidad civil, que no puede ser representada por nadie más".

Kant se inclina a la conclusión de Rousseau con respecto a la liberta política. Rousseau, sin embargo, se acerca al problema de la libertad de una forma diferente. "El hombre nace libre", comienza, "y donde quiera que este, esta en cadenas". Luego considera dos interrogantes. ¿Qué hace al gobierno legitimo, "si ningún hombre posee autoridad natural sobre su similar, y la fuerza no hace al derecho?" Contestando esta primera pregunta en términos de una convención libremente considerada, Rousseau entonces plantea un segundo problema –como forman una asociación "en donde cada uno pueda obedecer solo así mismo, y permanecer libre como antes". Esto, él dice, es "el problema fundamental en el cual el Contrato Social provee la solución".

La solución involucra mas que a los gobiernos republicanos, soberanías populares, y la participación del individuo a través del voto y representación. Introduce la concepción de la voluntad general, con la cual la libertad de cada individuo esta representada. Como la ley universal de Kant de la libertad, la voluntad general ordena lo que cada hombre desearía libremente para sí mismo si el adecuadamente concibiera a las condiciones de su libertad. "De hecho", dice Rousseau, "cada individuo, como hombre, puede tener una voluntad particular contraria o diferente a la voluntad general que posee como ciudadano. Su particular interes puede hablar por el diferentemente de sus intereses comunes". A pesar de esto, bajo condiciones de gobierno mayoritario, los miembros de la minoría permanecen libren a pesar de parecer estar gobernados en contra de su voluntad particular.

Cuando una medida es presentada al pueblo, la interrogante es "si es una conformidad con la voluntad general. Cada hombre, al dar su voto, da su opinión sobre ese punto; y la voluntad general se encuentra al contar los votos.

Cuando, entonces, la opinión que es contraria a mí prevalece, prueba ni más ni menos que estaba en un error, y eso que pensara que era la voluntad general, no lo era. Si mi opinión particular hubiera sobresalido ese día, hubiera alcanzado lo opuesto a mi voluntad; y es en este caso que no de o ser libre. Esto presupone, de echo, que todas las cualidades de la voluntad general todavía residen en la mayoría; cuando dejan de hacer esto, en cualquier lado que pueda tomar el hombre, la libertad no será posible".

Toqueville, que en su libro Democracia en América grandemente influyo en Mill, piensa "que las comunidades democráticas poseen un sabor natural para la libertad; dejándola para ellos mismo, la buscaran, añoraran, y verán cualquier privación de la que puedan arrepentirse. Pero para la igualdad", Tocqueville añade, "sus pasiones son ardientes, insaciables, incesantes, invencibles; ellos hacen el llamado de la igualdad en la libertad; y si no lo pueden obtener, aun llamaran a la igual en la esclavitud".

Mill observa el mismo problema del lado puesto. Los gobiernos constitucionales e instituciones representativas son condiciones indispensables de la libertad política. Cuando Aristóteles ve a la democracia como el tipo de constitución más favorable para la libertad porque le da la igualdad de la ciudadanía a todos los hombres nacidos libres, Mill argumenta que para que el sufragio universal le de igual libertad a todos los hombres, todos deben nacer iguales. Pero ningún gobierno representativo o sufragio democrático es suficientes para garantiza la libertad del individuo y su libertad de pensamiento o acción.

Dichas fases como el "auto-gobierno" y el "poder del pueblo sobre ellos" son deceptivos. "El pueblo que ejercita el mismo poder", Mill escribe, "no es siempre el mismo pueblo sobre el cual actúa; y el auto-gobierno no es el gobierno.

La voluntad del pueblo prácticamente significa la voluntad de los más numerosos o de la parte mas activa del pueblo; la mayoría, o aquellos que logran en hacerse aceptados como mayoría".

Para salvaguardar la libertad individual de la tiranía de la mayoría, Mill propone un solo criterio para el control social sobre los individuos, ya sea por la fuerza física de la ley o la fuerza moral de la opinión publica. "La única finalidad por la cual la humanidad esta garantizada, individualmente o colectivamente, en interferencia con la libertad de acción de cualquier otro, es auto protección... La única parte de la conducta de cualquiera, es lo que le concierne a otros".

La concepción de Mill de la libertad individual al inicio parece ser negativa –ser libre de las regulaciones o cohesiones impuestas externamente. La libertad se incremente cuando la esfera de gobierno disminuye; y, por el bien de la libertad, el gobierno actúa mejor cuando gobierna menos, o solo gobierna lo necesario para la seguridad publica. "Existe una esfera de acción", escribe Mill, "en la cual la sociedad, distinguida de los individuos, tiene solo un interes indirecto; pretendiendo todas las porciones de la vida de una persona y su conducta la cual lo afecta solo a él, y si afecta a otros, solo son su libre y voluntario consentimiento y participación. Cuando dijo solo así mismo", Mill continua, "Me refiero directamente y en primera instancia".

Pero es el aspecto opuesto de la libertad de la interferencia gubernamental o presiones sociales sobre las cuales Mill desea hacer énfasis. La libertad del gobierno o cohesión social es la libertad para el máximo desarrollo de la individualidad –la libertad para ser tan diferente que todos los demás como las inclinaciones personales de uno, sus talentos y gustos.

"Es deseado", Mill escribe, "que en las cosas que primordialmente les conciernen a otras personas, la individualidad debe ser asertiva". La libertad es subestimada mientras que el libre desarrollo de la individualidad no hace alusión como uno de los principales ingredientes de la felicidad humana e indispensable para el bienestar de la sociedad. "La única libertad que merece tener nombre", Mill piensa, "es aquella que procura nuestro propio bien de nuestra forma, mientras que no intentemos privar a otros de su bienestar, o impedir sus esfuerzos para obtenerlo"; para "en proporción al desarrollo de su individualidad, cada persona se convierte en valiosa para sí misma, y es entonces capaz de poseer mas valor para otros. Existe una mayor plenitud de la vida acerca de su propia existencia".

Mills considera a la libertad como un bien, para el individuo y para el estado, y encuentra claramente oposion en la tradición de los grandes libros. Platón, en La República defiende las regulaciones políticas de las artes, donde Mill, aun mas que Milton, discute en contra de la censura o control de la avenidas de la expresión humana. Pero la oposición mas grande a Mill ocurre en aquellos pasajes en los cuales Socrates critica el espíritu de la democracia por su insaciable deseo de la libertad. Ese espíritu, Socrates dice, crea una ciudad "llena de libertad y franquesa, en donde un hombre puede hacer y decir lo que guste... Donde dicha libertad existe, el individuo es claramente capaz de ordenarse así mismo sobre su propia vida como le plazca".

El estado democratico es descrito por Socrates como cercano a la anarquia a traves de la relajacion de las leyes o por la falta de ley. Bajo dichas circusntancias existiran las mas grandes variedades de diferencias individuales. Parecerá es estado mas justo. Pero sera un estado en el cual la libertad ha sido permitida que crezca sin limites a expensas de la justicia y el orden. Esta "lleno de viaedad y desorden, y surtiendo un tipo de igualdad a semejantes y diferentes por igual".